BENADALID
La situación geográfica de Benadalid hay que entenderla por la confluencia de dos paisajes muy diferentes, el alcornocal hacia el este y la sierra caliza hacia el oeste pero, sobre todo, por la existencia de una vía de comunicación milenaria entre la población de Ronda y el Estrecho de Gibraltar, que cortaba el alargado término municipal de norte a sur, como ahora lo hace la carretera A-369. Este antiguo camino apenas presenta desniveles y su trazado es muy recto.
Situada a unos 700 metros de altitud y limítrofe con Atajate por el norte y con Benalauría por el sur, sus principales caminos se dirigen hacia los frondosos bosques del valle del Genal, 400 metros más abajo, con importantes desniveles y trazados muy sinuosos bajo el dosel arbóreo donde se cruzan con algunas pistas de tierra. Pero también van sendas hacia el valle del Guadiaro, al otro lado de la Loma de la Sierra de 1.100 metros de altura, donde un complicado repartimiento le proporcionó tierras de regadío merced a los manantiales de la Fuensanta y Almargen, prados de diente, tierras para los cereales y bosques de encina y quejigo. Estas veredas son de herradura rodeadas de matorral mediterráneo y confluyen en las fuentes con sendos carriles que pasan al otro lado por los pasos naturales del Peñón de Benadalid y la Venta de San Isidoro.
BENADALID
La situación geográfica de Benadalid hay que entenderla por la confluencia de dos paisajes muy diferentes, el alcornocal hacia el este y la sierra caliza hacia el oeste pero, sobre todo, por la existencia de una vía de comunicación milenaria entre la población de Ronda y el Estrecho de Gibraltar, que cortaba el alargado término municipal de norte a sur, como ahora lo hace la carretera A-369. Este antiguo camino apenas presenta desniveles y su trazado es muy recto.
Situada a unos 700 metros de altitud y limítrofe con Atajate por el norte y con Benalauría por el sur, sus principales caminos se dirigen hacia los frondosos bosques del valle del Genal, 400 metros más abajo, con importantes desniveles y trazados muy sinuosos bajo el dosel arbóreo donde se cruzan con algunas pistas de tierra. Pero también van sendas hacia el valle del Guadiaro, al otro lado de la Loma de la Sierra de 1.100 metros de altura, donde un complicado repartimiento le proporcionó tierras de regadío merced a los manantiales de la Fuensanta y Almargen, prados de diente, tierras para los cereales y bosques de encina y quejigo. Estas veredas son de herradura rodeadas de matorral mediterráneo y confluyen en las fuentes con sendos carriles que pasan al otro lado por los pasos naturales del Peñón de Benadalid y la Venta de San Isidoro.